Existió, hasta
mediados de los 50 probablemente, un famoso hampón Chileno cuyo territorio eran
los alrededores de la Plaza Almagro. Su nombre era Eulalio Serradilla y fue más
conocido como El Cabro Eulalio. Su fama le valió un verso de Roberto Parra,
específicamente El Chute Alberto, a quien mataron por longi y por aniñao, pero
a pesar de eso “le ha rezao un rosario el cabro Eulalio”. Los escasos
antecedentes que he logrado recoger son interesantes. Uno de ellos, es que su
lugar de farra favorito era un antro conocido como “la pata” y que según el
periodista Raúl Morales Álvarez quedaba ubicado en “Eyzaguirre, sobre su acera
Sur-Oriente, dando la vuelta por San Diego hacia Arturo Prat”. Ese local era
bar, restaurant y también prostíbulo. Su giro comercial se me hace semejante a
los “Saloon” de las películas del oeste. Se decía que el vino que servían “era
un veneno que soltaba los demonios”. Según un articulista, La Pata era
cafetería y su dueño era Gabriel Osorio Retamal. Adjunto link. http://elfunye.blogspot.com/2009/01/el-funye.html
Fui a darme unas vueltas por
Eyzaguirre y lo que encontré en la acera sur entre San Diego y Arturo Prat,
fue: el antiguo cine San Diego, un edificio de departamentos, imprentas y, al
final, una casona de arquitectura curiosa que tienta de inmediato para
considerarla el antiguo asiento del restaurant La Pata. Adjunto la foto con ese
convencimiento. En ese lugar el cabro Eulalio cometió uno de sus crímenes más
famosos, en defensa propia, luego de ayudar a un mendigo ciego. Al día
siguiente se entregó. El juez que lo liberó fue Federico Peña Cereceda, quien
después sería ministro de Jorge Alessandri.
Otro dato del cabro Eulalio es que
antes de ser delincuente, fue carabinero, como Rivano. Y como Rivano también se
dedicó a la literatura, en un intento de fijar en papel sus andanzas. Su primer
libro (entiendo que escribió cinco) estaba basado íntegramente en sucesos
biográficos. El nombre de ese libro era “Este Verano de Mierda” (publicado en
Abril de 1940), pero la censura le obligó a cambiar el nombre. El nuevo título
fue “Carrascal, Boca abajo”. Algunos creerán que se refería a la avenida de
Quinta Normal, pero no es así: el antiguo nombre de la calle Eleuterio Ramírez
era Carrascal. Y Eleuterio Ramírez era muy pródigo en prostíbulos, al igual que
Eyzaguirre. Por lo tanto, el Cabro Eulalio es un personaje intrínsecamente
Sandieguino. He tratado de rastrear el libro, pero ha sido
imposible. Alguna biblioteca debe tenerlo. O quizá los ejemplares están
degradados, olvidados y destruidos. Para mí se ha transformado en un documento
invaluable que me ayudaría mucho a retratar una época que, me parece, ya no
volverá.
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